A José
y a mí nos gusta el cine, se lo puedes incluso preguntar a Fabrice, ya que
siempre nos lo encontramos saliendo de alguna tanda, pero tal vez nunca
conozcas a Fabrice en tu vida, quién sabe, aunque vale la pena, es un buen
tipo.
Nos
gusta el cine porque nos entretiene, y sobre todo porque nos sentimos bien riéndonos
de las historias de otros. Hoy por ejemplo fuimos al cine, eso no es raro ya
que vamos casi todas las semanas, pero particularmente este día, llegamos con
una película en mente cada uno, diferentes claro. Yo en lo que hacía la fila
pregunté en voz alta cuál era mejor, y un hombre me dijo “Bueno, las dos son
buenas, pero ésta es mejor que esas dos”, ya José y yo en el recorrido de la
fila estábamos debatiendo cuál película elegir, y bueno dije “Ya para no hacer
las cosas más difíciles de la cuenta, elegiremos la que él nos dice, así nadie
pierde”
La
película comenzó bien, nos estábamos riendo mucho. Yo fui por una palomitas y
cuando regresé me encontré con una escena bastante comprometedora para mi
vista. No sé por qué, pero toda la sala se reía, sin embargo las circunstancias
no eran para nada bonitas, sino más bien obscenas. Me senté, y me dispuse a
cerrar mis ojos, hasta que la escena terminó, tal vez pensarás de mí “Pero que
niñita, ¡vieja, madura!”. Yo pensé para
mis adentros “mmm, bueno ok, ya no pasará nada más” convenciéndome, ya que
sinceramente quería ver la película y la trama era entretenida. Pero de repente
volvió otra escena que me estaba haciendo mal, incluso a José también. Lo miré
y le dije “Vámonos, ¿quieres?” de verdad en mi interior estaba convencida de
salir corriendo de allí, pero otra parte me estaba convenciendo de que la
película era buena, y qué importaba una escena de 2 min. En el trayecto mis
pasos se convirtieron más firmes, salimos de allí, juntos. ¿Dinero perdido?
¿qué piensas tú?
No sé
si te han pasado estás cosas. Creo que constantemente nos encontramos en una
situación comprometedora, y en vez de hacerle frente al momento pues, aceptamos
vivir en él, nos reímos con él, y nos dejamos convencer por él.
Muchas
personas me dicen “pero Brenda! No seas tan radical! Es una película!” a veces
las mujeres en especial tenemos falsas ideas del amor, por películas que nos
invitan a vivirlo extrañamente y nos llenan la cabeza de disparates. Así
también los hombres tienen falsas ideas de la mujer, y muchos la ven como un
objeto sexual que como una perla delicada y preciosa, entonces las mujeres se
quejan de que no aparecen hombres buenos. Pocos se paran del cualquier situación
(no por solo una película del cine) a decir “¡No apoyo esto!”.
Muchas
personas han sido rechazadas por su personalidad, su manera de ser, sus
valores, lo que transmiten, pero sinceramente esas son las personas que marcan
la diferencia, que trascienden, y que llaman la atención tanto para los que
desean imitarlos como para los que los critican. ¡Vamos a darles al mundo de
qué hablar!
Hoy,
salimos del cine, ¿perdimos dinero? ¿qué piensas tú? y decidimos pararnos en el
santísimo de regreso a casa, Él, nos esperaba, abierto para nosotros, como la
mejor película! Clasificación A: Apta para todo público.
Y tú
¿Te atreves a darle al mundo de qué hablar?
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