jueves, 22 de septiembre de 2011

¿A quién dejas que te toque?




A los niños les encanta tocar. Yo por ejemplo trabajo con niños, creo que es una actividad que me encanta, ya que ellos te dan lo que te falta y expanden lo positivo que tienes. Seguramente hay muchas historia de niños que te surgen por la cabeza en ese instante, o tal vez recuerdas y traes a tu mente un niño o una niña en especial, alguno que esté moviendo o haya movido tu corazón.

Cuando llego al salón de clases no importa con qué humor esté, ellos van y me tocan, me abrazan y acarician el pelo, me jalan desde arriba para darme un besito. Te aseguro que si te gustan los zapatos de colores, a ellos les atrae mucho más y no importa si tienes pies sucios o no, ellos van y te tocan.

Algo raro es si no se comunican contigo, claro existen toda clases de niños, unos que en su toque dicen algo y otros que con sus palabras tocan.

Jesús sabe y conoce que te gustaría tocarlo, y no solo tocarlo sino también que te toquen, por eso en innumerables ocasiones él lo hace, por no decir que siempre tiene sus manos puestas en ti. Muchas veces puede que pase frente a ti y abrace, pero en otras ocasiones puede que entre tu conversación con él, se mueva por detrás vaya y te despeine la cabeza, como llamándote “mi pequeño”.

Las palabras de Jesús también tocan, por eso la biblia está llena de historias con sus palabras sanadoras, acogedoras, humanas, cálidas, dulces.

Recuerdo en una ocasión, acostada en mi cama, con audífonos puestos y música de fondo que le pedía a Jesús que me hablara, que me tocara con sus palabras… yo estaba en mi habitación, con las luces apagadas, orando, en espera de su respuesta. De repente comienzo a escuchar mi nombre “Brenda… Brenda!... BRENDA!!” salté de la cama de un brinco asustada y temblorosa, cuando me di cuenta al quitarme los audífonos y abrir los ojos, mi hermana me estaba llamando.

Tal vez le has pedido a Jesús que te toque, particularmente sé que el tiene formas de tocarte en las que sabe no te dará miedo, y saltarás de la cama muerta del susto. Él en su infinito amor busca acariciar tu corazón y amarte. Él te ama a través de tantos hermanos que sin darte cuenta te tocan, te hablan, y se preocupan por ti. En innumerables ocasiones como él sabe que me gusta, pasa por detrás de mí, me despeina la cabeza y me dice con eso “estoy aquí”.

¿Cómo te toca Jesús? He escuchado muchas personas diciéndome después de un tiempo de conocer a Dios, “Bren… pero ya Jesús no me toca, no lo siento”… Pregúntale: ¿Qué nuevas formas has escogido para tocarme? Las caricias de Jesús, son como las de los niños, sanan.

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