Bueno, me he dado cuenta que el noviazgo es toda una aventura, y más cuando se vive con alguien a quien verdaderamente aprecias.
José y yo hemos decidido realizar los 40 días en el desierto con Jesús. Nos tomaremos la tarea loca y divertida de pasar estos días en castidad y llevando a cabo diferentes propósitos, ya que por allí se acerca la cuaresma. Queremos estar preparados, ser aún más auténticos y vivir de la mano de Jesús.
Comenzamos el domingo 15 de Febrero, donde todo resultó ser una travesía (como el tour de Juan Luis Guerra), ya que ir misa juntos fue nuestro primer propósito, es decir para comenzar con el pie derecho. Pero entre todo esto hubo grandes tardanzas, pequeñas discusiones, y llegar a una misa media hora fuera de lo normal fue crítico para ambos , pero no desastroso, ya que en el momento en que entramos, Dios se alzaba ante nuestros ojos y de un pequeño pan se reflejaba su luminoso cuerpo, que nos bendecía a los dos con los brazos abiertos. Salimos victoriosos, sonrientes y llenos del Espíritu Santo para comenzar con el verdadero viaje que hemos emprendido juntos.
Tal vez sea bastante difícil la abstinencia de besos y caricias, pero lo importante es darnos cuenta de que el lazo más fuerte de nuestra relación eres tu Papá Dios, que nos encontraremos más sonrientes al final de camino y sobre todo aún más unidos. Ya que como dice la biblia “La unión hace la fuerza: Más valen dos que uno, pues mayor provecho obtienen de su trabajo. Y si uno de ellos cae, el otro lo levanta. ¡Pero ay del que cae estando solo, pues no habrá quien lo levante! Además, si dos se acuestan juntos, uno a otro se calientan; pero uno solo, ¿cómo va a entrar en calor? Uno solo puede ser vencido, pero dos podrán resistir. Y además, la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente”
Ya veremos que tal nos sigue yendo amarrandonos por completo a tu amor.
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