viernes, 26 de octubre de 2007

Saltando los días


Quiero aprender a volar y a retener los días, volarlos de cualquier manera, y a toda costa, puede ser en tus brazos, en paracaídas, saltármelos, para llegar a ti, así de fácil, entonces si fuera así de fácil, yo volaría el jueves, ya no me gustan, me desagradan, no por el aroma, al contrario, mi jueves tiene un aroma humano, poco reservado, mi jueves no se calla, es comunicativo, tanto, que no me deja conversar con él, los jueves son de insultos ganados, el profesor me observa, desconcertado, y sé que muy en el fondo, sin ahogarnos, o talvez si, encontrarás mi jueves, en su mirada, atemorizante, entre las cuerdas de el violín ajeno, aunque lo haya comprado yo, sé que los jueves el no esta para mí, los jueves ni nunca, con el violín desearía volarme el universo, y dejárselo a las estrellas, que disfrutaran de él, y lo trataran como se merece. Me río los jueves, porque no me queda de otra, a veces lloro por dentro, entonces por eso se ahoga más, imagínense mis lagrimas acumuladas de jueves anteriores, que no pude saltar. Pero un día sucedió que lo salté, llegué a saltar tan alto que aterricé un viernes por la tarde, y al saltarlo me sentí feliz, sonrío cuando recuerdo la pizza que me comí, tras un refresco de uva, delicioso, el helado no ajeno al chocolate, disfrute volarlo como nunca antes, mi jueves se sintió amado por un momento, un instante minúsculo, que aún guardo en un bolsillo de el alma.
Bren!

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