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Cuando le digo a mami, “tengo que contarte algo” o le paso por al lado con cara de “mami conocí a alguien”, ella que tiene un master en descubrir los secretos de sus hijas, de saber cuando decimos mentiras (hasta por el teléfono) o de descubrir los acertijos de miradas, no hace más que esperar el momento, tranquilitas en casa, después de cena, donde todos se van a lo suyo, me lleva a parte, y yo que tengo una confianza enorme comienzo a contarle todo, con detalles, nos reímos, nos burlamos una de la otra, y el final, un besito de despedida. Pero cuando al otro día, llega la noche, y papi me dice, “Bren ven a darme un abrazo y un beso de buenas noches” yo me acerco a su sillón, se desprenden mis brazos en su cuello, y le digo “te quiero” al oído, mientras él con un besito me dice “Dizque conociste a alguien” y yo rememorando le digo “Mami” el se hace el molesto y me susurra, “Es conmigo que tienes que hablar primero” “Toy celoso” yo sonrío, salgo se la habitación, llevándome su beso húmedo en la mejilla, mientras le digo a mami “Ma, que chismosa” “Ese muchacho ni me gusta, y ya papi me da consejos de enamoramiento” “Será posible”, mami me mira como la que no movió una pluma y me dice sonriendo “Ese viejito es una vaina”.