sábado, 30 de abril de 2011

¿Arriba o abajo?




Si la lluvia
lloviera hacia arriba
las sombrillas fueran tablas se surf
las canciones y poemas
que alguna vez
la compararon con las lágrimas
quedarían fuera de moda
y las calles dejarían de quejarse
por la lluvia que antes las golpeaba

si la lluvia lloviera hacia arriba
gracias a Isaac Newton
volverían a caer hacia abajo
y fuera mejor
porque entonces
si la lluvia lloviera hacia arriba
dejaría de crear melodías
que a veces en calma
ella crea
contándonos
sus secretos…

¿cuál será el idioma de la lluvia?
tal vez el que habla el reloj
a través del tic tac…
yo realmente no sé
pero de lo que sé
es que la lluvia nos dice algo
en cada flor
que comienza a crecer por su culpa
en cada beso
que comienza a esparcir
cuando alguien
sediento la pide
y abre su boca
para recibirla
en cada ser
que decide
dormir en sus brazos

si la lluvia lloviera hacia arriba
fuera otra cosa
pero no fuera lluvia.

jueves, 28 de abril de 2011

Las estaciones.



Recuerdo la vez
en que mi amiga la de allá
me dijo en su perfecto inglés
¿y tú, has visto nieve?
y yo le respondí
never he visto nevar
me miró sorprendida
hizo un escándalo
no puede ser ¿en serio?

Jesús yo conozco de ti
Solamente
el Caribe
el sol de verano
el aire tropical
llévame
sin embargo
a conocer
tu invierno

he recibido de tus estaciones
la brisa matinal de primavera
el caluroso verano en la arena
lluvias de hojas de otoño
pero quiero sobre todo
conocer tu invierno
y mezclarme en lo blanco
de tu alma
armar un escándalo
conociendo
los distintos “tú”
integrados
en ti

hoy busco
caminar las estaciones
de tu infinito amor
de tu grandeza
que me dicta despacio
que tienes un espacio para mí.

Dios ¿Incómodo?



Salí del conservatorio apurada ya que dos de mis amigos celebraban su cumpleaños, entre el tapón y la lluvia, pude llegar a una farmacia a comprar unos chocolates para el regalo que tenía en mente, de repente el encargado se me acerca y me pregunta, ¿necesita ayuda?, mi respuesta instantánea fue un “no, todo bien”… no habían pasado 5 minutos en los que yo me deleitaba buscando un chocolate y vuelve a preguntarme “¿necesita ayuda?” a lo que vuelvo a contestar entre una sonrisa de conformidad “no, todo bien, gracias”… esta conversación se repitió 4 veces en lo que estuve allí, ya mi “Gracias” era con una entonación diferente. Cabe decir que salí totalmente incómoda, que no quiere decir inconforme por el servicio… incluso a mis adentros pensé “La atención es demasiado buena que molesta…”

Cuando me dispuse a entrar en mi vehículo a toda prisa ya que si me volvían a preguntar si necesitaba ayuda iba a estallar y sinceramente no sé ¿Por qué? De repente recordé una frase que un sacerdote me dijo… “Dios… ¡Dios es un dios INCOMODO!” retumbo en mi mente, sí, Dios es tan bueno, tan perfecto, tan divino que incómoda. Aceptar a Dios es bastante incómodo, que no llegamos a cuadrar en su plena y absoluta grandeza. Es difícil aceptar que nuestros errores definitivamente están mal, es muchísimo más fácil adaptarnos al pecado, darle largas al asunto en vez de resolverlo, pero cuando llegamos a conocer a Dios los pecados nos pesan, y nos sentimos como un muchacho que recién estrena ropa nueva, se come algo y se ensucia antes de visitar a su novia, no puede sacarse de la cabeza la pequeña mancha que tiene en su nueva camisa y no tiene otro remedio que devolverse a cambiar de ropa.

Pienso que Dios es incómodo no porque quiera, sino porque es así y punto. Su mensaje es radical, extremo, poderoso, pero tiene algo que es más incómodo aún, te acepta. En Dios no hay desprecio, no hay odio, no te mira con ojos justicieros esperando dar el veredicto final, nos busca tanto que nos incómoda, nos pregunta a cada instante ¿necesitas ayuda? Y aunque le contestemos con un rotundo “¡NO!” Él nos responde con insistencia.

Dios calificado de incómodo, nos ama, nos consiente y sobre todo no nos abandona…
Dios calificado de incómodo, solo tiene un calificativo para ti “Mi deleite”. Sí, ¡definitivamente Dios se deleita en ti!, entonces ¿por qué otra razón te buscaría? Tú le apeteces siempre. Hoy por ejemplo tengo un gran antojo de hamburguer, pues Dios siempre tiene grandes ganas de ti. Ese es el Dios incómodo, que en su perfección se hace pequeño para amarnos.

miércoles, 27 de abril de 2011

Merodeas


Merodeas
como las miradas
de una chica
cuando le atrae un muchacho
merodeas
como el sonido
de una barriga hambrienta
que observa
un apetitoso plato
el cual deleita a otro
merodeas
me persigues
me inquietas
tus miradas
me son
como dos conocidos
que se desconocieron
y se volvieron a reconocer
cuando merodeas
mi vida se hace tuya
sin pensarlo.

Necesito un amigo, necesito a Jesús.



Es fácil mi tristeza
te necesito
no me siento sola
ya que tengo muchos amigos
amigos ruidosos
cariñosos,
apoyadores
amigos preocupados
distintos
raros
poco cuerdos
pero simple y sencillamente
te necesito
aún cuando mi vida este llena
de sueños
amor
cariño, alegría
incluso dinero
algo me falta
me faltas tú
necesito un amigo
que solo este allí
que sin mucho decir
me diga todo
que me hable
a través de su mirada
que sea parte de mí
y que entre los dos
seamos sinceros
poder leerte
como un libro que me invita
a conocerte más
y que puedas leerme
como quien no juzga
mis viejas páginas
que entre el polvo
esconden
un dulce amor por ti…
necesito un amigo
necesito a Jesús.